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Historia de una minoría rechazada VI marzo 30, 2007

Posted by Closto in Littera, Scholae scripta, Thema gay.
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En esta obra la homosexualidad juega un papel muy importante. Desde el principio podemos notar que se van a producir cambios en su vida. Alemania simboliza la vida recta, la cúspide de lo glorioso (Aschembach era famoso, vivía acorde a la moral y a las normas de la sociedad, gozaba del respeto de todos, etc.), mientras que Venecia es todo lo contrario (exotismo, caprichos, despreocupación…). Esto se resume perfectamente en la dicotomía de lo apolíneo y lo dionisíaco de Nietzsche, de quien Mann tuvo influencias. La Alemania, como hemos dicho, presenta la visión del hombre perfecto, como el propio dios Apolo, el más bello de todos, inteligente y moral; en contraste a Dionisio, dios del vino, loco, amante de bacanales, sexo y delirios, que está claramente resumido en Venecia.

La dicotomía arriba presentada es un punto importante para entender por qué la topografía es importante. Al principio de la obra vemos que Aschembach pasea tranquilamente por un precioso camino, entre jardines y bonitas calles, lo cual no sucede en Venecia, donde el ambiente es pútrido, huele mal, se respira la amenaza de la peste, no hay sino callejuelas laberínticas y estrechas y en las que suele perderse persiguiendo a Tadzio, su amor platónico. Que el joven polaco aparezca en Venecia también es muy significativo puesto que el lado homosexual de Aschembach despierta aquí; no antes ni en otro lugar sino en Venecia, en ese viaje, tras cumplir con todos sus objetivos en Alemania con tal perfección que se puede permitir el lujo de visitar otro país. La aparición de la homosexualidad del protagonista aparece, pues, en el momento en que empieza la parte dionisíaca de la obra. Esta relación es un factor importante, pues denota una tendencia tal vez marginadora o despreciadora de esa condición, o tal vez una actitud de oculto deseo de expresar vivamente la homosexualidad. Estos hechos guardan relación además con el lugar, dividiendo la obra así en tres partes que están unidas a su vez muy estrechamente.

Como decíamos, el lugar no sólo guarda relación con lo apolíneo o lo dionisíaco, sino que también con la homosexualidad se corresponde. Las calles y los paseos perfectos y eminentes alemanes no dejaban lugar a una irregularidad en la ética o en el estilo de vida, pero Venecia, con su laberinto interior, es el lugar propicio para dejar ver una postura tal. Es posible que el autor quiera dejarnos ver una ideología conservadora que vaya en contra de la homosexualidad, que la defina como el laberinto sin salida en el que la peste acabará, tarde o temprano, de capturar al desventurado que ose penetrar en él. Por otro lado, también es posible que el autor quiera exponer su mundo interior, marcado por una homosexualidad relativamente tolerada y aceptada, a la que se niega a rendirse, ergo deja de lado la reflexión antes de que le resulte tarde.

Caben muchas interpretaciones de esta obra, y estudiar su vida puede proporcionarnos ciertas sustanciosas aportaciones, aunque descubrir la verdad sobre una obra es extremadamente complicado. Hemos de hacer notar que, de todos modos, es un factor de suma importancia la gran escasez de personajes, los justos aparecen para explotar todo el sentido de la obra, con lo que se consigue una fijación total en los pensamientos de Aschembach. Y no podemos cerrar el tema sin mencionar el estilo clasicista y las referencias a la Grecia y a la mitología antiguas, ya que gracias a esta técnica el autor encuentra la forma de, en parte, disfrazar y disimular su tendencia. Mejor dicho, recurriendo a las estéticas griegas, el autor intenta excusar su homosexualidad, como si fuese una vergüenza para él.

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