Everytime

La verdad es que me tengo que reír. No sé si es un chiste, pero no hace ni pizca de gracia. De todos modos, me tengo que reír. Me tengo que reír porque es lo único que me queda ya. No me gusta esta frase… Es tan repetitiva… Suspiro… ¿Qué le vamos a hacer?

A lo mejor debería ver a un psicólogo. Mi profesora de italiano piensa que hoy en día dependemos demasiado de ellos. Yo no sé qué pensar. ¿Qué más dará, no? ¿A quién le importa? Nos complicamos toda la vida por estupideces. Lo que hoy no nos deja dormir mañana no será ni un mero recuerdo. ¿Cuándo vivimos? ¿Qué hacemos? Estamos todo el día trabajando o estudiando y con dos horas a la semana de baile o disfrute creemos que lo tenemos todo. ¿Alegría? ¿Qué es eso? El único placer es olvidar.

Estoy harto de vivir encerrado. Quiero una llave para mi jaula. No quiero seguir escribiendo artículos para este blog. No quiero que sigáis leyendo cómo me hace sentir la gente. No quiero. Pero no hay más salida. La gente me hace daño, y no veo personas a mi alrededor. No sé si me entendéis. Una vez escribí una cosa que un tipo culto dijo que no podía ser más perfectamente descriptivo. Escribí sobre la gente y sobre la jente. Hoy a la gente la llamo personas, pero es lo mismo. Todo es igual. Todo es siempre igual.

Los que hayan leído este trozo de mierda rápido no son bienvenidos en mi blog nunca más. No necesito sucia compasión de quien no quiere entender. En fin, ¿qué más dará? Ya lo decía Murphy: «si algo puede salir mal, saldrá mal». Y todo está saliendo a la perfección.

Everytime otra vez, sí, porque la canción lo vale, porque yo ya tampoco tengo alas, porque sigo imaginándome que está aquí, y porque sólo esa ilusión falaz, esa visión inexistente, hace que crea que puedo ver. Tampoco importa que no sea cierto, ¿no? Si en la realidad no pinto nada, quiero al menos tener un sitio donde poder huir en vida.